«Liderazgo»es la capacidad que tiene una persona de influir en la decisión o acción de sí mismo o de otra persona a través de la confianza en su talento (inteligencia para la puesta en práctica efectiva de las competencias), en su comportamiento y en su intención genuina de llevar a cabo un proyecto.
«Liderazgo Sistémico» es el enfoque del liderazgo desde una perspectiva sistémica, desde cómo está impactando e influyendo una persona en un sistema (una pareja, una familia, una organización) o un sistema en una persona y en sus misiones. La diversidad de pensamientos y emociones que coexisten, van a conformar unos comportamientos, y estos, a su vez, conformarán unos resultados. Aplicando esta teoría al mundo corporativo, las empresas son sistemas organizados en los que cada puesto tiene una misión o razón de ser que va a demandar en el individuo una serie de competencias personales y profesionales. Entre las competencias personales se encuentran los comportamientos y las actitudes que van a influir en el sistema y que se van a ver influidas por el sistema afectando a los resultados individuales y colectivos.
Hoy sabemos en las organizaciones (y en el mundo de la educación) que el medio afecta al desarrollo competencial del individuo y del equipo. Sin duda, el medio es una de las claves para desarrollar y fidelizar el talento en las empresas.
Desde este enfoque, la cúpula empresarial puede decidir y establecer cuál es el medio en el que quiere que sus empleados desarrollen sus capacidades para obtener los resultados económicos deseados y también el bienestar de las personas por medio de una política y estrategia de RRHH. Pero además, las empresas son colectivos que establecen arquetipos que conforman un inconsciente colectivo que también va a afectar a los comportamientos y resultados de las personas y de los equipos. Detectar el papel que está jugando el inconsciente colectivo en los comportamientos y resultados de la organización, es una nueva dimensión a desarrollar en un líder.
Desde este mismo enfoque, el líder o futuro líder puede decidir y establecer hacia dónde quiere orientar su liderazgo: hacia sí mismo/a, hacia los resultados o hacia las personas. Si decide orientar su desempeño hacia las personas, entonces estamos ante un «Líder Sistémico» . La primera competencia a desarrollar en un líder sistémico es la «Autenticidad». La autenticidad es una metacompetencia que abre la puerta a descubrir y desarrollar el resto de las competencias personales que requiere un líder sistémico. Desde la autenticidad podemos descubrir nuestros límites para convertirlos en fortalezas, es desde ahí desde donde podemos convertir los problemas en retos y desde donde podemos liderarnos para poder liderar a los demás.Detectar el papel que está jugando nuestro inconsciente individual en los comportamientos y resultados individuales también es una nueva dimensión a desarrollar en un líder.
Por tanto, en el Liderazgo Sistémico se atienden los aspectos que determinan el Comportamiento Humano que resultará en el cumplimiento o no de los objetivos de la organización.
Diversos estudios han mostrado que las competencias de los mejores líderes sistémicos se encuentran enmarcadas en tres tipos de «Inteligencia»:
INTELIGENCIA INTUITIVA o capacidad de tomar decisiones con pocos datos y sin intervención de la razón, INTELIGENCIA RACIONAL o dotación de conocimientos y habilidades para tomar decisiones con intervención de la razón, e INTELIGENCIA EMOCIONAL o identificación y gestión de las emociones que rigen la acción.
Liderar desde estas tres inteligencias aumentará el «impacto- influencia» que ejercemos sobre los demás. En un equipo donde ya existen las capacidades técnicas (nivel suelo), serán el grado de expresión, de interrelación y de alineamiento que logre establecer el líder, los que determinen el nivel de eficacia para conseguir los objetivos.
El «factor crítico de éxito» para liderar de forma sistémica es mirar las cosas de otro modo, viendo la realidad tal y como es, no como crees que es, y analizar el todo, no las partes.
El «factor clave de éxito» para liderar de forma sistémica, es centrarse en el beneficio del equipo antes que en el propio. Esto implica, en primer lugar, un nuevo paradigma personal.
Con motivo de la incertidumbre y de la velocidad de los cambios, hoy en día las empresas marcan sus estrategias a plazos más cortos. Estamos viviendo una época de cambios permanentes en todos los ámbitos y las empresas deben revisar continuamente sus estrategias. Las personas que adquieren el rol de líderes para llevar a cabo dichas estrategias, deben desarrollar capacidades de observación y de acción efectivas en un medio que cambia a una velocidad vertiginosa y que necesariamente está afectando de manera integral a las personas con las que trabajan.
Si a esto le añadimos que estamos en un mundo globalizado donde existe y se percibe la diversidad en los empleados y en las relaciones laborales y profesionales, urge la necesidad de crear un nuevo perfil de líder sistémico, flexible, no autoritario y no mecanicista. Se necesitan líderes líquidos que dirijan distintos perfiles de empleados y de relaciones profesionales, que gestionen el cambio del cambio, que fomenten el aprendizaje, que generen confianza, que atraigan y retengan el talento, y que conviertan el talento potencial en talento real.
Se debendiseñar e implementar Políticas y Estrategias Empresariales de Liderazgo Sistémico para crear Organizaciones que atraigan talento, y facilitar el desarrollo de directivos y mandos para que sean Líderes sistémicos que integren y fidelicen el talento en las organizaciones.